UNIVERSO PRÓXIMO PROCESO

UNIVERSO PRÓXIMO PROCESO
EXHIBICIÓN COLECTIVA
7 FEB. — 31 MAR. 2022

VISTA DE SALA

Ph. Ignacio Iasparra

obras

Artistas 24 horas, 2021

Ivana Vollaro

Esmalte sintético sobre chapa y madera
58 x 78 cm

Consultar

Sala de espera, 2020

Ivana Vollaro

Tarjetero metálico con tarjetas impresas de 15 x 20 cm c/u.
80 x 50 cm
P.A. + edición de 3

Consultar

Sin título. Serie Coloring Book, 2009

Catalina Schliebener

Collage
60 x 40 cm

Consultar

Sin título. Serie Coloring Book, 2009

Catalina Schliebener

Collage
60 x 40 cm

Consultar

Sin título. Serie Coloring Book, 2009

Catalina Schliebener

Collage
60 x 40 cm

Consultar

La siesta, 2014

Diego Figueroa

Acrílico sobre tela
70 x 70 cm

El libro de los pasajes. Serie El canto de Jano, 2015/2016

Leticia Obeid

Impresión giclée
46 x 69 cm
Edición 1 de 5 + P.A.

Consultar

Sin título. Serie piedra, tijera, papel, 2018

Leticia Obeid

Óleo sobre papel
25 x 35 cm

Consultar

Sin título. Serie piedra, tijera, papel, 2018

Leticia Obeid

Óleo sobre papel
25 x 35 cm

Consultar

Sin título. Serie piedra, tijera, papel, 2018

Leticia Obeid

Óleo sobre papel
17 x 25 cm

Consultar

Sin título. Serie piedra, tijera, papel, 2018

Leticia Obeid

Óleo sobre papel
17 x 25 cm

Consultar

Sin título. Serie piedra, tijera, papel, 2018

Leticia Obeid

Óleo sobre papel
17 x 25 cm

Consultar

Club de billard. Serie Stills, 2020

Martín Sichetti

Lápiz y pastel sobre passepartout
42 x 80 cm

Consultar

Dead Zone. Serie Random, 2020

Martín Sichetti

Lápiz, pastel y papel (collage) sobre papel
28 x 48,5 cm

Consultar

Estática, 2020

Gilda Picabea

Óleo sobre tela
200 x 150 cm

Consultar

Iemanja 2021. Serie Río de la Plata, 2021

Florencia Böhtlingk

Acrílico y óleo sobre tela
100 x 125 cm

Consultar

Luisa Albinoni, 1986

Foto Estudio Luisita

C-print; Impreso en 1986
17 x 9 cm
Copia de época. Pieza única

Consultar

Ethel Rojo, 1986

Foto Estudio Luisita

C-print; Impreso en 1986
25 x 20 cm
Copia de época. Pieza única

Consultar

Yuyito González, 1980

Foto Estudio Luisita

C-print; Impreso en 1980
25 x 20 cm
Copia de época. Pieza única

Consultar

Susana Traverso, 1980

Foto Estudio Luisita

C-print; Impreso en 1980
25 x 20 cm
Copia de época. Pieza única

Consultar

Sin título, 2020

Leila Tschopp

Acrílico sobre tela y estructura de hierro
150 x 150 cm

Consultar

Sin título. Serie La casa de fuego/La casa en llamas, 2021

Leila Tschopp

Acrílico sobre tela
51,3 x 39,5 cm

Consultar

Aquí encontraré mínimamente animé, 2017

Dani Umpi

Capturas de pantalla de Facebook y lápiz sobre papel
98 x 68 cm

Consultar

Culminante cuidado porque pasa el tren, 2017

Dani Umpi

Capturas de pantalla de Facebook y lápiz sobre papel
98 x 68 cm

Consultar

Abrirse paso en la soledad (cámara), 2015

Gabriel Baggio

Gouache y cerámica esmaltada
60 x 40 x 5 cm
Copia única

Abrirse paso en la soledad (duraznillo blanco), 2015

Gabriel Baggio

Gouache y cerámica esmaltada
60 x 40 x 5 cm
Copia única

Consultar

Abrirse paso en la soledad (flor de la tarde), 2015

Gabriel Baggio

Gouache y cerámica esmaltada
60 x 40 x 5 cm
Copia única

Consultar

Sin título, 2018

Elena Loson

Lápices de colores, grafito en polvo y goma laca sobre papel
100 x 80 cm

Persevera en el horizonte incierto. Serie Carteles, 2020

Elena Loson

Grafito en polvo y lápiz blanco sobre papel
24 x 32 cm

Consultar

Sin título, 2016

Sofia Quirno

Tinta y óleo sobre papel
107 x 78 cm

Consultar

Carcajada, 2019

Sofia Quirno

Acrílico y óleo sobre papel
112 x 76 cm

Consultar

Sin título, s.f.

Santiago García Sáenz

Fibra sobre papel
22 x 34 cm

Consultar

Sin título, s.f.

Santiago García Sáenz

Fibra sobre papel
22 x 34 cm

Consultar

Sin título, s.f.

Santiago García Sáenz

Fibra sobre papel
22 x 34 cm

Consultar

Sin título, s.f.

Santiago García Sáenz

Fibra sobre papel
22 x 34 cm

Consultar

Sin título, s.f.

Santiago García Sáenz

Fibra sobre papel
22 x 34 cm

Consultar

Sin título, s.f.

Santiago García Sáenz

Fibra sobre papel
22 x 32 cm

Consultar

Sin título, s.f.

Santiago García Sáenz

Fibra sobre papel
22 x 32 cm

Consultar

Sin título, s.f.

Santiago García Sáenz

Fibra sobre papel
22 x 32 cm

Consultar

Sin título, s.f.

Santiago García Sáenz

Fibra sobre papel
22 x 28 cm

Consultar

ARTISTAS

UNIVERSO PRÓXIMO PROCESO

UNIVERSO PRÓXIMO PROCESO
exhibición colectiva
7 FEB. — 31 MAR. 2022

VISTA DE SALA

Ph. Ignacio Iasparra

obras

Artistas 24 horas, 2021

Ivana Vollaro

Esmalte sintético sobre chapa y madera
58 x 78 cm

Consultar

Sala de espera, 2020

Ivana Vollaro

Tarjetero metálico con tarjetas impresas de 15 x 20 cm c/u.
80 x 50 cm
P.A. + edición de 3

Consultar

Sin título. Serie Coloring Book, 2009

Catalina Schliebener

Collage
60 x 40 cm

Consultar

Sin título. Serie Coloring Book, 2009

Catalina Schliebener

Collage
60 x 40 cm

Consultar

Sin título. Serie Coloring Book, 2009

Catalina Schliebener

Collage
60 x 40 cm

Consultar

La siesta, 2014

Diego Figueroa

Acrílico sobre tela
70 x 70 cm

Consultar

El libro de los pasajes. Serie El canto de Jano, 2015/2016

Leticia Obeid

Fotografía digital
46 x 69 cm
Edición 1 de 5 + P.A.

Consultar

Sin título. Serie piedra, tijera, papel, 2018

Leticia Obeid

Óleo sobre papel
25 x 35 cm

Consultar

Sin título. Serie piedra, tijera, papel, 2018

Leticia Obeid

Óleo sobre papel
25 x 35 cm

Consultar

Sin título. Serie piedra, tijera, papel, 2018

Leticia Obeid

Óleo sobre papel
17 x 25 cm

Consultar

Sin título. Serie piedra, tijera, papel, 2018

Leticia Obeid

Óleo sobre papel
17 x 25 cm

Consultar

Sin título. Serie piedra, tijera, papel, 2018

Leticia Obeid

Óleo sobre papel
17 x 25 cm

Consultar

Sin título. Serie piedra, tijera, papel, 2018

Leticia Obeid

Óleo sobre papel
17 x 25 cm

Consultar

Sin título. Serie piedra, tijera, papel, 2018

Leticia Obeid

Óleo sobre papel
17 x 25 cm

Consultar

Sin título. Serie piedra, tijera, papel, 2018

Leticia Obeid

Óleo sobre papel
17 x 25 cm

Consultar

Club de billard. Serie Stills, 2020

Martín Sichetti

Lápiz y pastel sobre passepartout
42 x 80 cm

Consultar

Dead Zone. Serie Random, 2020

Martín Sichetti

Lápiz, pastel y papel (collage) sobre papel
28 x 48,5 cm

Estática, 2020

Gilda Picabea

Óleo sobre tela
200 x 150 cm

Consultar

Iemanja 2021. Serie Río de la Plata, 2021

Florencia Böhtlingk

Acrílico y óleo sobre tela
100 x 125 cm

Consultar

Luisa Albinoni, 1986

Foto Estudio Luisita

C-print; Impreso en 1986
17 x 9 cm
Copia de época. Pieza única

Consultar

Ethel Rojo, 1986

Foto Estudio Luisita

C-print; Impreso en 1986
25 x 20 cm
Copia de época. Pieza única

Consultar

Yuyito González, 1980

Foto Estudio Luisita

C-print; Impreso en 1980
25 x 20 cm
Copia de época. Pieza única

Consultar

Susana Traverso, 1980

Foto Estudio Luisita

C-print; Impreso en 1980
25 x 20 cm
Copia de época. Pieza única

Consultar

Sin título, 2020

Leila Tschopp

Acrílico sobre tela y estructura de hierro
150 x 150 cm

Consultar

Sin título. Serie La casa de fuego/La casa en llamas, 2021

Leila Tschopp

Acrílico sobre tela
51,3 x 39,5 cm

Aquí encontraré mínimamente animé, 2017

Dani Umpi

Capturas de pantalla de Facebook y lápiz sobre papel
98 x 68 cm

Consultar

Culminante cuidado porque pasa el tren, 2017

Dani Umpi

Capturas de pantalla de Facebook y lápiz sobre papel
98 x 68 cm

Consultar

Abrirse paso en la soledad (cámara), 2015

Gabriel Baggio

Gouache y cerámica esmaltada
60 x 40 x 5 cm
Copia única

Consultar

Abrirse paso en la soledad (duraznillo blanco), 2015

Gabriel Baggio

Gouache y cerámica esmaltada
60 x 40 x 5 cm
Copia única

Consultar

Abrirse paso en la soledad (flor de la tarde), 2015

Gabriel Baggio

Gouache y cerámica esmaltada
60 x 40 x 5 cm
Copia única

Consultar

Sin título, 2018

Elena Loson

Lápices de colores, grafito en polvo y goma laca sobre papel
100 x 80 cm

Consultar

Persevera en el horizonte incierto. Serie Carteles, 2020

Elena Loson

Grafito en polvo y lápiz blanco sobre papel
24 x 32 cm

Consultar

Sin título. Serie Dime cuando vienes, 2021

Elena Loson

Lápices de colores, grafito y acuarela sobre papel
32 x 48 cm

Consultar

Sin título, 2016

Sofia Quirno

Tinta y óleo sobre papel
107 x 78 cm

Consultar

Carcajada, 2019

Sofia Quirno

Acrílico y óleo sobre papel
112 x 76 cm

Consultar

Sin título, s.f.

Santiago García Sáenz

Fibra sobre papel
22 x 34 cm

Consultar

Sin título, s.f.

Santiago García Sáenz

Fibra sobre papel
22 x 34 cm

Consultar

Sin título, s.f.

Santiago García Sáenz

Fibra sobre papel
22 x 34 cm

Consultar

Sin título, s.f.

Santiago García Sáenz

Fibra sobre papel
22 x 34 cm

Consultar

Sin título, s.f.

Santiago García Sáenz

Fibra sobre papel
22 x 34 cm

Consultar

Sin título, s.f.

Santiago García Sáenz

Fibra sobre papel
22 x 32 cm

Consultar

Sin título, s.f.

Santiago García Sáenz

Fibra sobre papel
22 x 32 cm

Consultar

Sin título, s.f.

Santiago García Sáenz

Fibra sobre papel
22 x 32 cm

Consultar

Sin título, s.f.

Santiago García Sáenz

Fibra sobre papel
22 x 28 cm

Consultar

ARTISTAS

LO QUE QUEDA

LO QUE QUEDA

Exhibición colectiva

23 nov. 2020 — 30 abr. 2021

VISTA DE SALA

obras

Las obras expuestas están en venta, 2007

Ivana Vollaro

Tinta sobre cartón
30 x 60 cm

Consultar

Menú, 2014-2020

Ivana Vollaro

Esmalte sintético sobre chapa y madera
100 x 65 cm

Everything must go, 2011

Ivana Vollaro

Audio. 1’51”
Edición 1 de 5 + P.A

Consultar

Ivana Vollaro. Everything must go, 2011. Audio. 1’51” Edición 1 de 5 + P.A

Chacra de Elvira, 2013

Florencia Böhtlingk

Óleo sobre tela
160 x 200 cm

Las herramientas de Moisés, 2018

Gabriel Baggio

Cerámica esmaltada con lustre de oro
150 x 200 cm (medidas aproximadas)
Edición 1 de 3 + P.A

Sin título. Serie Naufragio , 2020

Leila Tschopp

Acrílico sobre tela
49,5 x 38 cm

Consultar

Sin título. Serie Naufragio, 2020

Leila Tschopp

Acrílico sobre tela
40 x 40 cm

Sin título. Serie Interiores, 2020

Leila Tschopp

Acrílico sobre tela
40 x 48 cm

Consultar

Sin título III. Serie relieves, 2019

Elena Loson

Grafito en polvo, agua y resina acrílica sobre papel
100 x 78 cm

Consultar

Sin título II. Serie relieves, 2019

Elena Loson

Grafito en polvo, agua y resina acrílica sobre papel
100 x 78 cm

Consultar

A to G. Serie Queer Noir, 2012

Martín Sichetti

Dibujo, lápiz de carbón y pastel negro sobre papel
30 x 40 cm

Consultar

Bruno. Serie Fatale, 2020

Martín Sichetti

Lápiz y pastel sobre papel
23 x 30 cm

Consultar

Lick. Serie Fatale, 2020

Martín Sichetti

Lápiz y pastel sobre papel
45,5 x 30 cm

Consultar

ÉL (NEGADOR), 2020

Martín Sichetti

Collage
50 x 25 cm

Consultar

Record, 2020

Martín Sichetti

Lápiz, pastel, dorado a la hoja y papel (collage) sobre papel
30 x 23 cm

Consultar

Secreto, 2019

Martín Sichetti

Video. 14”
Edición 2 de 3 + 2 P.A

Consultar

Máscara, 2018

Martín Sichetti

Video. 29”
Edición 1 de 3 + 2 P.A

Consultar

Cena Para Amante, 1972

Foto Estudio Luisita

Impresión giclee; Impreso en 2019
70 x 70 cm
Pieza única

Consultar

Hermanas Rojo. Maipo Super Star, 1973

Foto Estudio Luisita

Impresión giclée; Impreso en 2019
70 x 70 cm
Pieza única

Consultar

Maipo Super Star, 1973

Foto Estudio Luisita

Impresión giclée; Impreso en 2019
70 x 70 cm
Pieza única

Consultar

Ojo. Serie Traducciones, 2005

Leticia Obeid

Tinta sobre papel
29,7 x 21 cm

Consultar

Leti2. Serie Traducciones, 2005

Leticia Obeid

Tinta sobre papel
29,7 x 21 cm

Consultar

Trenza. Serie Traducciones, 2005

Leticia Obeid

Tinta sobre papel
29,7 x 21 cm

Consultar

Notas sobre B, 2007

Leticia Obeid

Tinta sobre papel
29,7 x 21 cm

Consultar

Entusiasmando a la copista. Serie Letra de B, 2011

Leticia Obeid

Tinta sobre papel
21 x 29,7 cm

Consultar

Notas, 2010

Leticia Obeid

Video. 12’ 08”
Edición 2 de 5 + P.A.

Consultar

Fungus. Serie Fungus, 2014

Catalina Schliebener

Collage, grafito, tinta y serigrafía sobre papel
47,5 x 36 cm

Consultar

Fungus. Serie Fungus, 2014

Catalina Schliebener

Collage, grafito, tinta y serigrafía sobre papel
47,5 x 36 cm

Consultar

Fungus. Serie Fungus, 2014

Catalina Schliebener

Collage, grafito, tinta y serigrafía sobre papel
47,5 x 36 cm

Consultar

Fungus. Serie Fungus, 2014

Catalina Schliebener

Collage, grafito, tinta y serigrafía sobre papel
47,5 x 36 cm

Consultar

Still life , 2016

Sofia Quirno

Óleo y acrílico sobre tela
167 x 111 cm

Consultar

Montañés, 2017

Sofia Quirno

Tinta china, acrílico y lápiz graso sobre papel
160 x 100 cm

Consultar

Duo, 2018

Gilda Picabea

Óleo sobre tela
65 x 150 cm

Consultar

Torsion en rojo, 2020

Gilda Picabea

Óleo sobre tela
65 x 100 cm

Consultar

Sin título (melancolía), 2016

Diego Figueroa

Acrílico sobre papel
50 x 38 cm

Consultar

Imborrable, 2020

Diego Figueroa

Acrílico sobre papel
25 x 35 cm

Consultar

Magia y plomo, 2020

Diego Figueroa

Acrílico sobre papel
25 x 35 cm

Consultar

Familia, 2020

Diego Figueroa

Acrílico sobre papel
25 x 35 cm

Consultar

El secreto del fuego, 2020

Diego Figueroa

Acrílico sobre papel
25 x 35 cm

Consultar

El cazador cazado, 2020

Diego Figueroa

Acrílico sobre papel
25 x 35 cm

Consultar

El amor, 2020

Diego Figueroa

Acrílico sobre papel
25 x 35 cm

Consultar

33. Serie Poemas para duendes en vertical, 2018

Dani Umpi

Collage sobre papel
46 x 32 cm

39. Serie Poemas para duendes en vertical, 2018

Dani Umpi

Collage sobre papel
46 x 32 cm

19. Serie Poemas para duendes en vertical, 2018

Dani Umpi

Collage sobre papel
46 x 32 cm

02. Serie Grandes poemas para duendes en vertical, 2019

Dani Umpi

Collage sobre papel
81,5 x 51 cm

Consultar

TEXTO

LO QUE QUEDA

HACHE presenta Lo que queda, una exhibición de pinturas, fotografías, videos, cerámicas, collages y dibujos de trece artistas de la galería.

Lo que queda es el título que da nombre a la muestra y se configura a partir de la pregunta ineludible sobre el estado de las cosas y sobre la idea de proceso individual y colectivo en la vida contemporánea. ¿Cómo repercuten en lo colectivo los hábitos y jerarquías producidas en la microescala de la vida doméstica? ¿Cómo se tramita lo colectivo en el espacio íntimo?

Con obras de Gabriel Baggio (Buenos Aires, 1974), Florencia Böhtlingk (Buenos Aires, 1966), Diego Figueroa (Buenos Aires, 1975. Vive en Resistencia, Chaco), Foto Estudio Luisita (Luisa Escarria 1958 – 2019), Elena Loson (Rosario, 1980. Vive en Santiago de Chile), Leticia Obeid (Córdoba, 1975. Vive en Buenos Aires), Gilda Picabea (Buenos Aires, 1974), Sofía Quirno (Buenos Aires, 1978. Vive en New York), Catalina Schliebener (Santigo de Chile, 1980. Vive en New York), Martín Sichetti (Buenos Aires, 1973), Leila Tschopp (Buenos Aires, 1978), Dani Umpi (Tacuarembó, 1974. Vive entre Uruguay y Argentina) & Ivana Vollaro (Buenos Aires, 1971).

ARTISTAS

LA TAREA

LA TAREA

GABRIEL BAGGIO
MUSEO FRANKLIN RAWSON, SAN JUAN

8 jul. — 10 SEP. 2022

VISTA DE SALA

Ph. Ina Estevez Fager

OBRAS

Mueble, 2004

Gabriel Baggio

Madera, vidrio y cerámica
50 x 70 cm

Consultar

La razón del gourmet, 2007

Gabriel Baggio

Instalación
Medidas variables

Consultar

Rosa primer intento, 2010

Gabriel Baggio

Marquetería
20 x 30 cm

Consultar

Injerto de aproximación lateral, 2011

Gabriel Baggio

Cerámica esmaltada y dorado a la hoja
60 x 80 x 7 cm
P. A. Edición única

Consultar

Motivo para lámina, 2011

Gabriel Baggio

Gouache sobre papel
Diámetro 60 cm

Consultar

Motivo para mantel I, 2011

Gabriel Baggio

Marquetería
100 x 120 cm

Consultar

Motivo para mantel II, 2011

Gabriel Baggio

Marquetería
100 x 120 cm

Consultar

Las herramientas de Julio, 2014

Gabriel Baggio

Cerámica esmaltada con lustre de platino
110 x 140 x 10 cm
Edición 3 de 3 + P.A

Consultar

Injerto de aproximación lateral, 2016

Gabriel Baggio

Gouache sobre papel
70 x 110 cm

Consultar

Worked Pop, 2018

Gabriel Baggio

Quemaduras, restos de soldadura y estaño sobre tela de remera
75 x 60 cm

Consultar

Worked Pop, 2018

Gabriel Baggio

Quemaduras, restos de soldadura y estaño sobre tela de remera
46 x 34 cm

Consultar

Worked Informalism, 2018

Gabriel Baggio

Quemaduras, restos de soldadura y estaño sobre tela de remera
53 x 48 cm

Consultar

Fabers, 2018

Gabriel Baggio

Cerámica esmaltada, lustre de oro, restos de zinc y estaño
5 x 15 x 10 cm

Consultar

Prueba de color, 2018

Gabriel Baggio

4 baldosa calcáreas y madera
43 x 43 cm

Consultar

Clavel del aire, salvia guranitica y flor de la tarde, 2018

Gabriel Baggio

1 mt2 de piso calcáreo y chapa de zinc
100 x 100 cm

Consultar

Motivo para piso calcáreo, 2018

Gabriel Baggio

Gouache sobre papel
48 x 48 cm

Consultar

Matrices para piso calcáreo, 2018

Gabriel Baggio

Zinc, estaño y madera
41 x 60 cm

Consultar

Las herramientas de Moisés, 2018

Gabriel Baggio

Cerámica esmaltada con lustre de oro
150 x 200 cm
Edición 1 de 3 + P.A.

La tempesta. Giorgione – Dotto – Baggio, 2011

Gabriel Baggio

Gouache sobre papel
60 x 50 cm

TEXTO

La mano inteligente

Somos portadores de usos, artefactos y tecnologías. Nuestros cuerpos las reciben y a ellas se amoldan, acudiendo a redes de las que disponemos en cualquier espacio y tiempo. Es difícil imaginar que desde el interior de la red pueda gestarse resistencia. Y sin embargo ¿dónde radica el afuera? El afuera se repliega. Afuera es el lugar que no tenemos, una experiencia inédita. No la tenemos, pero somos su morada. No es allá lejos en el espacio, no es el margen ni la retirada. El afuera se torna lo más íntimo, lo más doméstico, lo más corporal y recóndito, lo inseparable de uno mismo. Intrínseco y a la vez, completamente transitivo. Fluye de unos a otros. Como deseo, como agua.

Los objetos guardan la mirada del tiempo en el que fueron hechos, la experiencia que los ha forjado. Piedra, cobre, rastrillo. Bandeja, mantel, tejido, receta. Indicios del deseo que puja, de los cuerpos que se niegan a desmembrarse. El contacto imprime una huella que otro tiempo recoge y vivencia, y hay quien los rastrea testarudamente, con el afán de atraparlos y retenerlos en una forma que perdure. Aun sabiendo del fracaso de la forma, con la alegría de fracasar otra vez. Se escurren, viven silenciosos a nuestra escucha hasta ser nombrados. Y al nombrarlos al fin se los retiene. En esa forma renacen y nos trascienden. No caen al museo inmóvil o al archivo muerto, pues una trama se extiende sinuosa hasta perderse, a la espera de otro que se acerque y converse. En el encuentro, los ojos que reciben la mirada guardada, la hacen huir del objeto. Liberan la experiencia que escapa otra vez en el rescate y se encarna en una nueva vivencia. Otro objeto la habita, otro rastro. Sin manos obradoras, los objetos olvidarían la palabra.

Julio de 2016

Daniela Drucaroff y Gabriel Baggio.

ARTISTAs

Matar y Morir

MATAR Y MORIR

GABRIEL BAGGIO

10 MAR. — 21 SEP. 2020

VISTA DE SALA

Ph. Ignacio Iasparra

OBRAS

Ozzy, 2019

Gabriel Baggio

Lápiz sobre papel
19 x 29 cm

Consultar

Matar y morir (boceto), 2018 – 2019

Gabriel Baggio

Barniz acrílico sobre impresión laser
19 x 29 cm

Matar y morir, 2018 – 2019

Gabriel Baggio

Hongos, marcador, grafito y carbonilla sobre lienzo
200 x 360 cm

Pegasus. Argenta-Buenos Aires. 1979, 2020

Gabriel Baggio

Cerámica esmaltada con lustre de oro y platino
250 x 350 x 7 cm

Consultar

Cruz del sur. Argenta-Buenos Aires. 1979, 2020

Gabriel Baggio

Gres esmaltado con lustre de oro
150 x 130 x 7 cm

Consultar

Osa mayor, osa menor. Argenta/Buenos Aires. 1979, 2020

Gabriel Baggio

Cerámica esmaltada con lustre de oro
100 x 150 x 7 cm

Consultar

La tempesta, 2020

Gabriel Baggio

Cerámica esmaltada
120 x 12 x 5 cm

Consultar

Matar y morir, 2019

Gabriel Baggio

Tempera sobre papel
100 x 150 cm

La condición humana, 2018

Gabriel Baggio

Cerámica esmaltada con lustre de oro
60 x 130 x 7 cm

TEXTO

LA VUELTA AL REINO EN UN ACTO

Aquí se convoca al matar y al morir como expresiones de vida. Y como hechos básicos de la existencia. No matar o morir, binarismo inútil y oposición peligrosa, apta para toda guerra. Lo contrario: la conjunción y que hay entre matar/morir fue central para el artista inspirado por un instante. Ese instante en el que se aprieta un gatillo, alguien muere y alguien nace. En dos hemisferios, Pegasus del Sur y del Norte. En varias fases, de la destrucción a la creación, de la batalla a la contemplación. De la contemplación de la batalla, a la creación de lo que será destruido.

La escena de encuentro con la muerte violenta es un lugar común secreto y una disyuntiva más cotidiana de lo que se piensa. Claro que se prefiere no pensar, puede ser insoportable. También estetizable: cuerpos revueltos en la misma tierra bajo la mirada del cielo pueden ser naturaleza muerta o still life, que es vida fija. O dead life: la vida muerta, la muerte-vida. La vida revuelta con la muerte que siempre da naturaleza. Fija que parece inmóvil y sin embargo se mueve.

Ahora bien, el mandamiento bíblico prescribe el no matarás. Hace unos años Oscar del Barco lo reactualizó en una carta abierta donde cuestionaba el matar por la revolución, la patria, la libertad, los grandes ideales emancipatorios. Decía: no matarás al ser humano porque cada humano es sagrado y cada humano es toda la humanidad. Y agregaba: no matar sin embargo es imposible, porque de hecho se mata, y a la vez, lo único posible, porque si se asumiera el matar por principio, no existiría la humanidad. No matar sería un ruego, una súplica, un mandato que no puede explicarse, pero que estaría dando vueltas alrededor como presencia sin presencia, como fuerza sin fuerza, como ser sin ser.

Se mata; matamos. No solo en defensa de un territorio, un ideal, una religión. No matarás allí sería un principio antropocéntrico, especista, limitado a la humanidad. Si extendemos el mandamiento más allá de lo humano, el no matar será aún más improbable. Se mata o se delega en carniceros, matarifes, pescadores y cocineros la ejecución y proceso de carne de aves, vacas, cerdos, ovejas, peces, mariscos. Se paga por matar, cuando no somos capaces, a todo aquel que sepa hacerlo.

Ahimsa, el primer precepto del canon pali, indica la no violencia porque todos temen a la muerte: sabiendo que todos sienten como tú, no mates ni hagas matar. También se podría decir, así como soy yo, son los demás (mortales): por lo tanto, mejor es no matar ni hacer matar. Se sobre entiende que todo organismo vivo desea vivir y teme que lo maten. No obstante, o precisamente por eso, se mata.

Se mata o se encarga a alguien que mate por supervivencia, para comer o abrigarse. Al cazador le está vedado sentir empatía por su presa al momento de disparar la flecha o la bala, pero si sólo mata para comer, su falta será transitoria y hasta razonable.

Se mata por miedo, justificado o no, a un insecto venenoso, a una fiera que ataca y obliga a la defensa propia, a un enemigo real o imaginario: hay fieras humanas.

Se mata o se delega en funcionarios y fuerzas de seguridad la vigilancia y defensa de la vida y la propiedad a través de la carga impositiva de casi cualquier sociedad.

Se mata por compasión, cada tanto, a la mascota u otro ser querido que sufre una enfermedad terminal, que no tiene remedio.

Se mata por accidente, a veces, al roedor o al pájaro que se cruzó en la ruta, al insecto que se pisó sin querer, a las personas que chocan por descuido o negligencia, homicidas culposas.

Se mata sin intención de matar, aunque sí de causar daño, en situaciones de riña, pelea, castigos en los que a la violencia se le va la mano o el pie.

Se mata por obediencia, en las guerras “sucias” o “limpias”, en la acción policial, en el trabajo del verdugo.

Se mata por codicia y por hambre de apropiación de bienes en pequeña o gran escala.

Se mata por indignación, sed de justicia o venganza: muerte a los represores, represalias durante una revuelta, pena capital por mano propia o ajena.

Se mata por odio religioso, racial, xenófobo y femicida, por homofobia y transfobia, por aversión y desprecio al diferente.

Se mata por juego ritual, sagrado o profano: sacrificios, duelos, retos, defensa del honor y la gloria.

Se mata por deporte: caza deportiva, tauromaquia, espectáculos bestiales, herencias de circo con gladiadores.

Se mata por placer, una sensación que puede incluir el goce de compadecer a la víctima, y por voluntad de poder, un estímulo de superioridad sobre otros/as.

Se mata sin razón o por pérdida de la razón: asesinos indiferentes, psycho-killers, patologías varias.

Se mata por pasión de autoabolición: hastío de vivir, pueblos cansados, combatientes suicidas. Sólo en este último caso hay una igualación entre matar y morir en el acto.

¿Se mata por aburrimiento o por “tener la experiencia”? Eso sería cruzar una raya, una línea que raya en la locura: la curiosidad no puede o no debería atravesar ese límite ético, cuando matar es peor que un pecado o herejía, es un error, quizá el error más grande que puede cometer un mortal. Si hay que “matar el tiempo”, mejor que sea sobre algo propio, por ejemplo el propio tiempo, no el de alguien más. Si se quiere una experiencia, mejor que sea sin hacer daño al resto.
Es una cuestión de fronteras: hay una erótica en la violencia y el potencial está en nosotros. Esa fue la batalla de Bataille, revelar el erotismo hasta en la muerte, para reclamar conciencia. Una autolimitación se impone. Sin ingenuidad: la representación de todos los sufrimientos, las crueldades, las masacres en y por la historia humana no necesariamente detendrá ese impulso. El arte es aquí un dios débil. Sin embargo, el arte tampoco puede dejar de actuar, de intervenir en el movimiento animal básico que va entre matar y morir.

Ese movimiento nos devuelve en el acto al reino de pertenencia. Nada sabemos –por lo menos en carne propia- sobre cómo se siente la muerte violenta en el reino vegetal, pero con los animales compartimos esa condición. Claro que no todo es lo mismo: hay obvias diferencias entre matar un humano y un animal no humano, y también entre un vertebrado y un invertebrado. Somos más solidarios con los semejantes, con quienes más se nos parecen o estén más cerca en la escala evolutiva o en la cadena alimentaria: mamíferos, aves, peces. Hay también distinciones y jerarquías intra-humanas, que pueden ser justificadas de varias maneras. Se llama asesinato a la muerte reprobable y considerada delito según la ley y las costumbres sociales, que cambian cada tanto. Hasta fines del siglo XX no existía el femicidio como figura penal. En muchos lugares la ejecución de la infiel y el “crimen pasional” han sido y siguen siendo aceptables. También la violación y la matanza en combate.

El historiador Huizinga planteó que la comunidad arcaica trazaba los límites de lo permitido en la guerra como parte de una cultura en la que primaría el honor. Los contendientes tenían que conocer las reglas, respetarlas y respetarse entre sí porque se consideraban iguales. Pero cuando el juego de la guerra se dirige contra los que se imagina inferiores, o exteriores a la especie, tribu o clan, la limitación de la violencia desaparece y solo prima el deseo de vencer por exterminio o humillación del enemigo. Quizá por eso hoy tenemos tantos desastres y emergencias climáticas, ecológicas, sociales.

Nada puede hacer el arte contra este holocausto. El arte puede revelar la pija, la bala, la exposición del cuerpo que al desnudarse, nos iguala. Aunque pensemos a ese cuerpo como el de un ser diferente, la piel desnuda exhibe sus genitales durante el rito sacrificial y así nos devuelve a la condición primera. El cuerpo sacrificado nos recuerda nuestra continuidad perdida. Todos morimos. Todos matamos. Matar es igual que morir: terrible, y muchas veces inevitable.

Atenuantes: una mínima parte de la humanidad no mata ni exige que otros lo hagan, o intenta no hacerlo sea cual sea la circunstancia, incluso el hambre. Monjes que no solo serán veganos sino que ventilarán o limpiarán las sillas donde se van a sentar para no aplastar algún insecto cuya vida también sería valiosa. Personas que se cuidan de matar sin querer o por impulso autodefensivo a todo microorganismo con el que podamos sentirnos identificados, porque somos seres vivos y parte de un continuo que se reencarna y deshace en miríadas de formas que nacen y mueren a lo largo de eones.

Hay señales en el firmamento, soles muertos, cadáveres de estrellas que iluminan nuestros ojos luego de milenios-luz de haber desaparecido. Y más acá, bien abajo, el reino de los hongos que, sin ser vegetales ni animales, proliferan desde el residuo de la descomposición de telas, cuerpos húmedos, fósiles, viejas paredes. Un reino mediador. La empatía es un sentimiento suscitado tal vez por la conciencia o los genes, pero no está al alcance de todo el mundo. Quizá sólo se trate de reducir, en lo posible, el daño que provocamos al atravesar esta porción minúscula de tiempo-espacio en el que nacemos y morimos. El arte como forma de reducción de daños, o un modo de gratitud, tal como lo fue y sigue siendo la invención de dioses. La promesa de una mediación entre reinos olvidados de su propia y básica naturaleza, la que va de la muerte a la vida en un solo movimiento, como la estrella fugaz que recién vimos y que, al igual que este momento de encuentro, ya pasó apenas lo pensamos.

Osvaldo Baigorria
Buenos Aires, 2020.

ARTISTAs