PERSONÆ

PERSONÆ
MARTÍN SICHETTI
CURADURÍA MARÍA FERNANDA PINTA
18 JUL. — 9 SEP. 2023

VISTA DE SALA

Ph. Ignacio Iasparra

obras

Carlotta Valdés. Serie Personæ, 2021

Martín Sichetti

Lápiz y pastel sobre papel
100 x 70 cm

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Dorian Gray. Autorretrato. Serie Personæ, 2022

Martín Sichetti

Lápiz y pastel sobre papel
100 x 60 cm

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Retrato de Rebecca de Winter. Serie Personæ, 2022

Martín Sichetti

Lápiz y pastel sobre papel
100 x 70 cm

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Biombo escópico. Serie Personæ, 2023

Martín Sichetti

Lápiz y pastel sobre papel, biombo de madera con mirilla
75 x 52 x 50 cm

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Irena Dubrovna. Serie Personæ, 2023

Martín Sichetti

Grafito sobre papel
40,5 x 30,5 cm

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Cómo desaparecer. Serie Personæ, 2023

Martín Sichetti

Lápiz y pastel sobre papel
50 x 70 cm

Silencio. Serie Personæ, 2023

Martín Sichetti

Tinta sobre papel calado y terciopelo
26 x 42 cm

Dick Laurant is dead. Serie Personæ, 2023

Martín Sichetti

Lápiz y pastel sobre papel
20 x 50 cm

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Sophie. Serie Personæ, 2023

Martín Sichetti

Lápiz y pastel sobre papel
21,5 x 41 cm

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El Replicante. Serie Personæ, 2022

Martín Sichetti

Video. 2´13”
Edición 1 de 3 + 2 P.A

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He-She Devil. Serie Personæ, 2023

Martín Sichetti

Video. 2´10”
3080 x 2160 px
Edición 1 de 3 + 2 P.A

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Descomposición. Serie Personæ, 2023

Martín Sichetti

Video. 6´17”
Edición 1 de 3 + 2 P.A

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VISTA DE trastienda

Ph. Ignacio Iasparra

obras en trastienda

Retrato de su muerte. Serie Personæ, 2022

Martín Sichetti

Lápiz y pastel sobre papel
50 x 70 cm

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Vertigo. Serie Retratos de familia, 2016

Martín Sichetti

Lápiz y pastel sobre papel montados en passepartout
80 x 120 cm

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Él (negador). Serie Random, 2020

Martín Sichetti

Collage
50 x 25 cm

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ROT. serie Stills, 2018

Martín Sichetti

Collage, lápiz y pastel sobre papel
29 x 50 cm

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Máscara. serie Fatale, 2018

Martín Sichetti

Dibujo, lápiz y pastel sobre papel
30,5 x 45,5 cm

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Tratamiento I. serie Fatale, 2018

Martín Sichetti

Dibujo, lápiz y pastel sobre papel
31,5 x 50 cm

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1091 Rue La Fleur. serie Fatale, 2018

Martín Sichetti

Dibujo-collage, lápiz, pastel, papel y terciopelo
30,5 x 40 cm

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TEXTO

[…] su arte es eso, fingir absolutamente, meterse lo más posible en vidas que no son las suyas. Al término de su esfuerzo se aclara su vocación: aplicarse con todo su corazón a no ser nada o a ser muchos.
A. Camus, El mito de Sísifo.

I.
En latín persona significa máscara y deriva a su vez del griego, en cuyo teatro los actores utilizaban una máscara para desempeñar su personaje. Máscara que les permitía, junto a otros elementos de vestuario, proyectar su cuerpo y su voz hacia la audiencia; o sea, hacerse ver y oír.

La relación entre el actor y su máscara, así como entre la persona y el personaje irá variando a través de la historia. De una diferenciación entre el actor y su máscara a una simbiosis. De una contigüidad entre la persona y el personaje a su escisión. Lo cierto –más allá y más acá de la identificación, más allá y más acá de la ficción– es que tanto la persona como el personaje son formas de aparecer para otres, de hacernos ver y sabernos mirados. El teatro nos ha enseñado –también el psicoanálisis– que, en primer lugar, actuamos para otres y que, en segundo lugar, las máscaras siguen estando allí para hacer posibles nuestras apariciones.

En Personæ Martín Sichetti se prueba más de una máscara con una premisa opuesta: desaparecer. Ser otra, ser otro, hacer de la performance la ocasión para mostrar sin dejarse ver. O para probar un modo de mostración que es siempre, y desde el comienzo, un acontecimiento fugaz anclado en modos de posar, de mirar, de actuar que construyen de forma ostensible un carácter, una persona o un rol a través de repertorios y convenciones más y menos identificables. Más allá del verosímil y de la impostura –o justamente a través de ellos–, hacer de la performance el locus del drama y de todas sus trayectorias pasionales.

Así, actuar para otres a condición de que les espectadores jueguen el juego, miren reconociendo las máscaras (de una historia personal del cine construida por Martín a lo largo de todo su trabajo) y se sepan ellos mismos mirones.

Y hacer igualmente la prueba de mirar y actuar siendo radicalmente otres, como esos animales que allí y acá se asoman con insistencia también como protagonistas de Personæ.

II.
En su tercera exhibición en Hache, Martín vuelve sobre un universo cinematográfico que incluye a directores como Alfred Hitchcock y David Lynch, a géneros como el fantástico, el terror, la ciencia ficción y el thriller, y a estilos como el film noir. Desde una mirada a la vez erudita y cinéfila, sus dibujos, collages, videos y performances indagan en profundidad en aquellos gestos, objetos, detalles y atmósferas que, a través de su captura en stills, se convierten en emblemas del pathos que moviliza caracteres, conflictos y pasiones dentro y fuera de la pantalla cinematográfica. A través de esas fuentes, Martín construye una poética propia donde prima lo onírico, el misterio, la pulsión escópica, el fetiche, pero también cierto humor e incredulidad a la hora de apropiarse de esas imágenes cargadas de glamour y clichés, tan propias de la cultura del espectáculo. Lo que inquieta y seduce es, justamente, esa tensión entre un mundo que se sabe performance y puesta en escena y otro que susurra cosas que apenas podemos comprender y, sin embargo, no nos resultan del todo desconocidas.

Continuando con algunas indagaciones previas y trayendo algunas otras nuevas, Martín trabaja sobre tres ejes fundamentales. En primer lugar, un trabajo sobre el retrato. Si en anteriores trabajos aparecía con frecuencia un trabajo minucioso sobre la impersonation en tanto personificación de figuras como Marilyn Monroe, o la interpretación de personajes propios del repertorio de films que conforman su universo, como es el caso de sus videos Rowena (2018) o Darling Pet Monkey (2011), aquí decide tomar el lugar de Dorian Gray (en su singular lectura de The Picture of Dorian Gray de 1945) o de Carlotta, a la manera en que lo hace Midge, esa incondicional amiga de Scottie en Vértigo (1957): siendo él mismo en el cuerpo –y en la escena– de otre.

En segundo lugar, la exploración de un mundo animal que pugna por tener un lugar en la escena. De algún modo siempre han estado allí, en muchos de los films sobre los que Martín ha estado trabajando, como The Birds (1963) o Psycho (1960). Ya sea cómo símbolos de las fuerzas naturales o sobrenaturales, como el verdadero ser que habita en el interior de humanos que no se conocen a sí mismos, como compañeros de los personajes; lo cierto es que su mirada hacia nosotros y nuestra mirada hacia ellos requería de una investigación que se despliega más como una interrogación que como una respuesta.

En tercer lugar, las obras se constituyen como citas específicas de un amplio corpus de films, pero en esta ocasión también cruzan referencias de un film a otro, como es el caso del video HeShe Devil (en su particular intersección entre She Devil de 1957, Lost Highway de 1997 y Twin Peaks de 2017). Conectando motivos y temas, pero también estilos y momentos distintos de la historia del cine, los films resultan el punto de partida –ineludibles– de una narrativa que va más allá y resulta otra.

Personæ ensaya maneras múltiples de ser –y no ser–, de habitar mundos, de intercambiar miradas.

María Fernanda Pinta

ARTISTAS

FILM FATALE

FILM FATALE 
MARTIN SICHETTI
CURADURÍA FLORENCIA QUALINA
12 MAR. — 20 ABR. 2019

VISTA DE SALA

Ph. Ignacio Iasparra

obras

Máscara, serie Fatale, 2018

Martín Sichetti

Dibujo, lápiz y pastel sobre papel
30,5 x 45,5 cm

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Radio, serie Fatale, 2018

Martín Sichetti

Dibujo, lápiz y pastel sobre papel
41 x 54,5 cm

Secreto, serie Fatale, 2018

Martín Sichetti

Dibujo, lápiz y pastel sobre papel
30,5 x 40,5 cm

Espejo, serie Fatale, 2018

Martín Sichetti

Dibujo, lápiz y pastel sobre papel
50 x 70 cm

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Tratamiento I, serie Fatale, 2018

Martín Sichetti

Dibujo, lápiz y pastel sobre papel
31,5 x 50 cm

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Tratamiento II, serie Fatale, 2018

Martín Sichetti

Dibujo, lápiz y pastel sobre papel
30,5 x 40,5 cm

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Mr. Wilson, serie Fatale, 2018

Martín Sichetti

Dibujo, lápiz y pastel sobre papel
33,5 x 50 cm

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Final, serie Fatale, 2018

Martín Sichetti

Dibujo, lápiz y pastel sobre papel
30,5 x 40,5 cm

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Descend, serie Fatale, 2018

Martín Sichetti

Dibujo, lápiz y pastel sobre papel
43 x 70 cm

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Paranoia, serie Fatale, 2018

Martín Sichetti

Dibujo, lápiz y pastel sobre papel
29,5 x 40,5 cm

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1091 Rue La Fleur, serie Fatale, 2018

Martín Sichetti

Dibujo-collage, lápiz, pastel, papel y terciopelo
30,5 x 40 cm

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Para ser otro, serie Fatale, 2018

Martín Sichetti

Dibujo-collage, lápiz, marcador y papel sobre papel
30,5 x 50 cm

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#39 Strangesrs II, serie Fatale, 2018

Martín Sichetti

Dibujo, lápiz y pastel sobre papel
31,5 x 50 cm

Rowena, 2018

Martín Sichetti

Video. 55”
Edición de 3 + 2 P.A.

Drink it!, 2018

Martín Sichetti

Video. 36”
Edición de 3 + 2 P.A.

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Café, 2018

Martín Sichetti

Video. 18”
Edición de 3 + 2 P.A.

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Máscara, 2018

Martín Sichetti

Video. 29”
Edición de 3 + 2 P.A.

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TEXTO

Detour. Llaves, máscaras y cicatrices.

El cine negro es el corazón de Film Fatale. A través de un extenso cuerpo de películas que orbitan en el universo noir, Martín Sichetti crea un mundo habitado por personajes desesperados, heridos, al borde del crimen; cada imagen revela el momento de quiebre, y es irreversible. El cine negro no podría definirse como un género, más bien es un espíritu de habla lacónica que se despide siempre con la mejor frase: “Alright Mr.Demille, I’m ready for my close-up.”, “Todo el mundo es el tonto de alguien”. El alma noir es cierta atmósfera que posee a las mujeres que desean deshacerse de sus esposos; los delitos instigados por el rencor – el resentimiento por la pérdida de la juventud es una energía poderosa – ; el pasado volviendo como un fuego que estraga todo. El destino es generalmente infausto y se revela cuando el amor, la última promesa de redención, resulta una trampa artera o el plan de dar el gran golpe y empezar de nuevo, en otro lugar, con otra identidad, fracasa. A veces un derrumbe semejante puede causar una tímida sonrisa, por ejemplo la que llega con las últimas palabras de James Cagney antes de la explosión en White Heat: Made it to the top of the world, Ma!

El ánimo de Film Fatale, por momentos, coincide con la observación que Joyce Carol Oates hace de Marilyn Monroe en Blonde: “la Actriz Rubia se había convertido en una escéptica. Una persona escéptica es una persona melancólica. Una persona melancólica provoca hilaridad”. Comicidad sombría es la que causa la tarjeta rota 1091 Rue La fleur, la dirección de la mansión donde Lisle “SIEMPREVIVA” Von Rhuman administra con recelo su poción mágica de la juventud eterna. También el cigarrillo apagado en un frasco de crema, y los gestos de la vampiresa que lo aplasta.

La teoría sobre el film noir señala su raíz en el cine expresionista alemán, al servirse de violentos contrastes de luces y sombras, la noche como escenario narrativo y la centralidad de los conflictos de índole sexual, representados como una fuerza arcaica, devastadora e inmanejable. Es posible que Film Fatale, con su monopolio absoluto del blanco-negro y un pathos concentrado en rostros y manos opere, efectivamente, en el dominio expresionista; también afín a él es este mundo gobernado por la desmesura. Martín elige cuidadosamente otro tiempo, situado a mediados del siglo XX, para narrar una historia sobre las pasiones que implican en partes iguales fulgor y decadencia.

Florencia Qualina

ARTISTAS

Copiado y prestado

COPIADO Y PRESTADO

exhibición colectiva

10 may. — 2 AGO. 2024

obras

Emin. Serie Colección Rijksakademie, 2008

Lucas Di Pascuale

Tinta sobre papel
32 x 25 cm

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Rectángulo negro sobre blanco (exhumación), 2021

Gilda Picabea

Óleo sobre tela.
90,2 x 90,2 cm

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Dorian Gray. Autorretrato. Serie Personæ, 2022

Martín Sichetti

Lápiz y pastel sobre papel
100 x 60 cm

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Huevo objetivo, 2023

Sofía Quirno

Plástico, madera, pasta de papel y marcador
30 x 10 x 10 cm

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Amarillo. Serie Bolsas de ficción, 2023

Lucía Reissig

Bolsa de malla, hilo plástico, marco de hierro, Impresión Giclée, resina epoxy, espuma de poliuretano,
semilla de ciruela, piel de cebolla
67 x 50 cm

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Una rosa, es una, 2010

Ivana Vollaro

Fotografía digital
28 x 49 cm

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Cazador guaraní. Serie Misiones, 2023

Florencia Böhtlingk

Óleo sobre tela
94 x 120 cm

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Bandera, 2016-2021

Diego Figueroa

Palo de madera, tapa y tacho de pintura de 20 litros, y látex sobre fragmento de chapa de fibrocemento
130 x 40 x 8 cm

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Aída Carballo, libro de estampas, p.34. Serie Trabajos prácticos, 2020

Leticia Obeid

Tinta sobre papel
29,7 x 21 cm

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Sin título. Serie La ilusión, 2017

Leila Tschopp

Acrílico sobre tela
35 x 50 cm

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La maza de Tony, 2015

Gabriel Baggio

Cerámica esmaltada con lustre de oro
20 x 10 cm

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Sin título, 2010

Dani Umpi

Lápiz sobre tela
60 x 50 cm

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Sin título. Serie Piedras, 2023

Elena Loson

Tinta grafito y azul de Prusia, grafito en polvo y goma laca sobre papel
106 x 78 cm

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Growing Sideways, 2016 – 2017

Catalina Schliebener.

Objeto encontrado y acrílico
25 x 25 x 25 cm

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TEXTO

Copiado y prestado en Hache galería presenta una selección de obras de 14 artistas que reflexionan críticamente sobre las dinámicas de copia, apropiación y citas en el arte contemporáneo. Esta exposición no solo exhibe la relevancia de estas prácticas en las artes visuales, sino que también las sitúa dentro de un marco más amplio de prácticas culturales y teóricas que cuestionan las nociones tradicionales de creación y autoría intelectual.

En la era de la información y la tecnología, donde la reproducción y la distribución de imágenes y textos son instantáneas y omnipresentes, la copia se transforma de un acto mecánico a una estrategia crítica que desafía las convenciones de autenticidad y originalidad. Lxs artistas en esta exhibición no solo replican o reutilizan elementos visuales, sino que los descontextualizan y recodifican, creando obras que son tanto reflexiones sobre la cultura contemporánea como nuevas creaciones en sí mismas.

La apropiación, por su parte, se convierte en un diálogo intertextual que atraviesa géneros y disciplinas, revelando la permeabilidad de las fronteras culturales y la interdependencia de las formas artísticas.

Al reconfigurar imágenes, textos y conceptos conocidos, las obras presentadas aquí invitan a lxs espectadorxs a reconsiderar qué significa ‘poseer’ una imagen o una idea, y cómo estas posesiones se negocian en el espacio público y cultural.

Finalmente, las citas artísticas en las obras seleccionadas funcionan como puentes entre diversas épocas y estéticas, facilitando un diálogo continuo entre el pasado y el presente. Esta práctica no solo enriquece la textura y la complejidad de las obras, sino que también subraya la continuidad y la evolución de las ideas artísticas a través del tiempo.

Copiado y prestado es una invitación a explorar cómo la copia, la apropiación y las citas constituyen herramientas esenciales para interrogar y comprender las prácticas artísticas contemporáneas. La exposición desafía a lxs visitantes a considerar estas operaciones como métodos críticos que reflejan y moldean la cultura visual en la que estamos inmersxs.

Artistas participantes:

Gabriel Baggio, Florencia Böhtlingk, Lucas Di Pascuale, Diego Figueroa, Elena Loson, Leticia Obeid, Gilda Picabea, Sofía Quirno, Lucía Reissig, Catalina Schliebener, Martín Sichetti, Leila Tschopp, Dani Umpi, Ivana Vollaro.

Durante la exposición, podrá accederse al acervo de obras de Santiago García Sáenz y al archivo de Foto Estudio Luisita.

artistas

LO FIRME EN EL CENTRO ENCUENTRA CORRESPONDENCIA

LO FIRME EN EL CENTRO ENCUENTRA CORRESPONDENCIA

Exhibición colectiva

17 ene. — 17 feb. 2017

VISTA DE SALA

Ph. Ignacio Iasparra

OBRAS

Bad cover version, 2012

Catalina Schliebener

13 novelas románticas dentro de caja acrílica, 13 fotografías sobre foam
Medidas Variables

Sin título (melancolía), 2016

Diego Figueroa

Acrílico sobre papel
50 x 38 cm

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Sin título (melancolía), 2016

Diego Figueroa

Acrílico sobre tela
96 x 76 cm

Sin título. Serie Agujeros negros, 2016

Elena Loson

Impresión giclée sobre papel de arroz
93 x 65 cm

No me dejes, 2016

Gilda Picabea

Óleo sobre tela
100 x 190 cm

Experiencia ajena 1, 2010-2013

Eugenia Calvo

Video
Duración 2´14´´
Edición 1 de 4 + 1 P.A.

Poweful lessons, 2016

Eugenia Calvo

Alfombra en estructura de hierro
2 x 40 x 400 cm

Dine, 2010-2018

Ivana Vollaro

Fotografía digital
30 x 21 cm
P.A. + Edición de 5

Klein, 2010-2018

Ivana Vollaro

Fotografía digital
30 x 21 cm
P.A. + Edición de 5

Morris, 2010-2018

Ivana Vollaro

Fotografía digital
30 x 21 cm
P.A. + Edición de 5

Atleta, 2012

Leila Tschopp

Acrílico sobre tela
150 x 150 cm

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Monocromo rojo, 2012

Leila Tschopp

Acrílico sobre tela
150 x 150 cm

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Pommard. Serie Notorious, 2016

Martín Sichetti

Lápiz y pastel sobre papel
58 x 47 cm

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Ingrid. Serie Notorious, 2016

Martín Sichetti

Lápiz y pastel sobre papel
48 x 38 cm

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Tacita. Serie Notorious, 2015

Martín Sichetti

Lápiz y pastel sobre papel
20 x 15 cm

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Unica. Serie Notorious, 2013

Martín Sichetti

Lápiz y pastel sobre papel
24 x 33 cm

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Pescada, 2016

Sofia Quirno

Acrílico, óleo collage sobre papel
107 x 85 cm

Sueño de gallo, 2016

Sofia Quirno

Acrílico y óleo sobre papel
103 x 78 cm

Sin título, 2005

Santiago García Sáenz

Óleo sobre tela
66 x 116 cm

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Sin título, 1996

Santiago García Sáenz

Óleo sobre tela
79 x 95 cm

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artistas

MICROFILMS

MICROFILMS

MARTIN SICHETTI

1 NOV. — 17 DIC. 2016

VISTA DE SALA

Ph. Ignacio Iasparra

OBRAS

Psycho. Serie Retratos de familia, 2016

Martín Sichetti

Lápiz y pastel sobre papel
80 x 120 cm

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Vertigo. Serie Retratos de familia, 2016

Martín Sichetti

Lápiz y pastel sobre papel
80 x 120 cm

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Marnie. Serie Retratos de familia, 2016

Martín Sichetti

Lápiz y pastel sobre papel
80 x 120 cm

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Rope. Serie Retratos de familia, 2016

Martín Sichetti

Lápiz y pastel sobre papel
80 x 120 cm

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Sexual Aberrations of the Criminal Female. Serie Stills, 2016

Martín Sichetti

Dibujo-collage, lápiz, pastel y dorado a la hoja sobre papel
18,5 x 34,5 cm

Egg. Serie Microfilms, 2016

Martín Sichetti

Video. 15”
Edición 1 de 3 + P.A.

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Key. Serie Microfilms, 2016

Martín Sichetti

Video. 15”
Edición 1 de 3 + P.A.

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Ring. Serie Microfilms, 2016

Martín Sichetti

Video. 15”
Edición 1 de 3 + P.A.

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Milk. Serie Microfilms, 2016

Martín Sichetti

Video. 10”
Edición 1 de 3 + P.A.

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CHKN. Serie Queer Noir, 2016

Martín Sichetti

Video. 43”
Edición 1 de 3 + P.A.

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The Shower. Serie Queer Noir, 2016

Martín Sichetti

Video. 2′ 53”
Edición 1 de 3 + P.A.

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TEXTO

Éxtasis en suspenso

Ser voyeur del cine de Alfred Hitchcock es una de las perversiones que puede justificar no solo la Historia del Cine sino todo el Siglo XX. Cuando en The Lodger (1927), la primera película en la que el director hace su habitual cameo, Hitchcock convierte en cristal el techo de una casa para que podamos espiar a su inquilino, el ojo del director se vuelve cámara sin límites, que atraviesa todo para poder crear esa visión ideal que funda un cine en el colmo de la pulsión escópica (si me permiten decirlo en jerga lacaniana, que según Žižek es la que hablan las películas de Hitchcock). Como un espía virtuoso, como un cinéfilo ultrafetichista, Martín Sichetti redobla esa apuesta voyeur: su obra es un caleidoscopio de remakes de encuadres y objetos hitchcockianos, reproyectados por un espía microscópico.

Los dibujos y videos de Sichetti tienen, como primer prodigio, la capacidad de capturar y magnificar la calidad visual de la marca hitchockiana: cada obra reimprime esa elegancia magnética y pérfida que llevan a la pesadilla, incluso a la hipnosis, ese gusto por lo glam onírico que tienen películas como La llamada fatal (1954) y Vértigo (1958). Pero si, como decía François Truffaut, Hitchcock fue el primer cineasta que incluyó realmente al espectador en el juego cinematográfico a partir de las reglas del suspense, los cuadros de Sichetti ubican los dibujos como casilleros de un tablero, donde lo lúdico entra como ilusión óptica, recorrido visual donde la mirada se fracciona entre la reminiscencia y la extrañeza, como el ojo suturado por la tijera que Salvador Dalí crea para Cuéntame tu vida (1945), esa fusión de psicoanálisis y surrealismo que Hitchcock alucinó con su lucidez de modernista pop.

Microfilms también plantea un retorno a un momento germinal de la sensibilidad hitchcockiana, muy olvidado por críticos e historiadores: en su juventud, el futuro cineasta se anotó en la carrera de Bellas Artes de la Universidad de Londres, para aprender dibujo, y comenzó a trabajar en el área de publicidad de una empresa de electricidad, dibujando anuncios de los cables eléctricos. “Este trabajo me acercaba al cine, o más exactamente, a lo que yo iba a hacer pronto en el cine”, recuerda Hitchcock, que ofreció sus dibujos para ilustrar los intertítulos del cine mudo y así inició su carrera en la industria cinematográfica. Luego, a partir de su relación con el storyboard y del pensamiento gráfico, el dibujo siguió en la base del arte del maestro del suspense, llegando a su punto más alto en dos pesadillas, la creada por Dalí citada más arriba y la dibujada por John Ferren (tal vez con ayuda del titulista Saul Bass) en Vértigo. Los dibujos seriales de Sichetti podrían ser sueños o alucinaciones de personajes de Hitchcock o, incluso, imágenes mentales de cualquier espectador hechizado por La sospecha (1941), Para atrapar al ladrón (1955) o Marnie (1964).

Y como si estas operaciones no fuesen suficientes como intervención en el mundo de Hitchcock, la obra de Sichetti mete la daga en la llaga queer de películas como La soga (1948) y sus amantes homosexuales asesinos, y Psicosis (1960), con su esquizofrenia travestida. Combatido por las organizaciones de la diversidad sexual por representar negativamente identidades no hegemónicas, el placer queer en el cine de Hitchcock fue reivindicado en las últimas décadas, con hitos como la remake de Psicosis de Gus Van Sant y el ensayo postfeminista sobre Los pájaros de Camille Paglia. Y ahora por los reencuadres de Sichetti: en el remolino rubio de un peinado, en el destello encandilado de la hoja de un cuchillo, en el alucinado vaso de leche envenenado o en la perfecta ventana falsa de un decorado, hay siempre un brillo como lugar de resistencia glam y drag, donde se asume lo inverosímil como el reverso de lo idéntico (o de la identidad), y lo imaginario como nueva trampa para el ojo voyeur. Esa misma proeza que construye las películas de Hitchcock y que potencia la mirada de Sichetti: convertir a la imagen en el deseo en tensión de un éxtasis en suspenso.

Diego Trerotola

artistas