PIEDRA, TIJERA, PAPEL

PIEDRA, TIJERA, PAPEL

LETICIA OBEID
Curaduría FEda BAEZA

9 AGO. — 15 SEP. 2018

VISTA DE SALA

Ph. Ignacio Iasparra

OBRAS

La huella de Saturno, 2018

Leticia Obeid

Video HD color, sin sonido
8’ 30”
Edición de 5 + P.A.

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Sin título. Serie piedra, tijera, papel, 2018

Leticia Obeid

Óleo sobre papel
23 x 31 cm

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Sin título. Serie piedra, tijera, papel, 2018

Leticia Obeid

Óleo sobre papel
23 x 31 cm

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TEXTO

Piedra, tijera, papel

I
Transcurrían los primeros años del dos mil, Leticia trabajaba sobre telas pequeñas. Más específicamente, su soporte era chapadur entelado, ese típico material que abunda en los talleres de estudiantes de pintura. Como muchxs de su generación, mi generación, optaba por insumos accesibles, por formatos humildes, fáciles de costear y acumular. Usaba colores apagados, pardos, ocres, grisáceos, apenas iluminados por algún tono levemente saturado. Sacaba provecho de los pomos al máximo. Sobre las capas aún frescas de óleo Alba raspaba con el otro extremo del pincel. Exhumaba capas de color sucesivamente acumuladas hasta dejar ver, en algunos casos, la trama casi desnuda de la tela. Estos grafismos se producían de un modo lento y mecánico, como quien garabatea una agenda mientras habla por teléfono. Los patrones se repetían, se superponían, por momentos, la acumulación sembraba en ellos leves mutaciones que alteraban gradualmente su discurrir acompasado. Componía esta serie de arabescos como si ensayase una postura, una gestualidad, la imitación de una firma. Se dejaba llevar por cierta inclinación ornamental, por un modo de hacer sumergido en una atención flotante, un impulso descentrado que merodea la superficie hasta dar azarosamente con la inflexión de la línea. Así, quizás sin saberlo, huía de la estridencia del gesto rotundo, dramático, tan asociado a aquellos temperamentales pintores de los años 80 con los que había estudiado en la universidad de Córdoba.

II
Autodidactas, intrépidos, pioneros, hombres sin fortuna de cuna que se hicieron a sí mismos. Muchas anécdotas esbozan este perfil casi de western de los hermanos Ameghino, Florentino y Carlos. En un lugar que se consideraba un páramo de la historia, la pampa, el dueto se lanzó a un frenético raid colmado de pintorescas peripecias. Durante las últimas décadas del siglo XIX hicieron emerger el paisaje paleontológico oculto en una tierra fértil para la labranza y el ganado, una comarca recientemente anexada al capitalismo global. Los relatos de sus andanzas no escatiman en hazañas heroicas ni en disputas a muerte. Aún se recuerdan sus conflictos con Francisco Pascasio Moreno, líder del equipo científico rival. Los Ameghino no dudaron en apuntar en sus cuadernos de campo localizaciones falsas de sus hallazgos para desorientar a sus competidores. Florentino también sostuvo arduos debates con el naturalista norteamericano Aleš Hrdlička defendiendo su teoría del origen sudamericano de la humanidad. Sus investigaciones intentaron demostrar que en el período Eoceno Inferior un grupo de homínidos procedente de la Patagonia migró hacía el norte del continente para luego poblar el resto del planeta. Hoy su esquema estratigráfico de la región pampeana, es decir la disposición de las capas terrestres que dan cuenta de la sucesión cronológica y distribución geográfica de las especies, sigue siendo un legado efectivo. Los Ameghino escribieron una historia natural del país horadando su suelo. Eran cruzados de la ciencia, de la nación y, de algún modo, del capital.
Una de las colecciones centrales del Museo Bernardino Rivadavia, fundado dos años después de la Revolución de Mayo en 1812, es el acervo reunido por aquellos hermanos. Leticia se detuvo en la lenta labor de unas manos que tallan la piedra hasta hacer emerger los vestigios de un pasado mineralizado en los talleres del museo. Con estas imágenes editó un video que se presentó junto con la pieza musical L`officina della resurrezione (2013), compuesta por Fabián Panisello, en el Museo Reina Sofía hace poco más de dos años.

III
Una vez Leticia dio con una definición que parecía poner en palabras la intuición que siempre la había acompañado. En las páginas del apartado “El gesto de escribir” de Vilém Flusser subrayó con tinta roja el término griego graphein. La grafía es una inscripción sobre la superficie que rasga y estría la monotonía del fondo para exhumar la letra. Por eso para Flusser escribir es un gesto pariente de la talla, un acto incisivo de desfiguración del plano. Para Leticia la grafía es un hilo de Ariadna que reúne subterráneamente la escritura y el dibujo, el discurrir del tiempo y su experiencia, la historia personal y la colectiva. En sus propios términos, la grafía es el hálito que reconfigura los relatos y altera una serie de contigüidades materiales que los sustentan. Como si fuese una científica-artesana que irrumpe en un yacimiento de restos del pasado y del futuro para dar a ver otra trama de conexiones que congrega gliptodontes que datan de un millón de años, la peripecias decimonónicas del relato de una nación o la experiencia en primera persona al borde de la disolución de aquel país a principios de los dos mil. Sus vinculaciones se producen en ese vagabundeo sin destino que recorre la superficie de los textos, los objetos y las vivencias intentando hacer hablar despojos ruinosos y dispersos.
Hoy, junto al video que fue el punto de partida de estas indagaciones ha colocado una serie de piezas gráficas que oscilan entre la pintura y el dibujo. Nuevamente son hojas pequeñas, formatos convenientes que traslada y despliega con facilidad. Yo los imagino como el resultado de volver a rasgar aquellos otros dibujos de un pasado todavía fresco. Al escarbar aparecen estos otros estratos de colores más encendidos, más vívidos. Teñidos de una atmósfera cromática intensa, como la de los recuerdos infantiles que se confunden con los sueños o las alucinaciones.

Feda Baeza

artistas

Copiado y prestado

COPIADO Y PRESTADO

exhibición colectiva

10 may. — 2 AGO. 2024

obras

Emin. Serie Colección Rijksakademie, 2008

Lucas Di Pascuale

Tinta sobre papel
32 x 25 cm

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Rectángulo negro sobre blanco (exhumación), 2021

Gilda Picabea

Óleo sobre tela.
90,2 x 90,2 cm

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Dorian Gray. Autorretrato. Serie Personæ, 2022

Martín Sichetti

Lápiz y pastel sobre papel
100 x 60 cm

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Huevo objetivo, 2023

Sofía Quirno

Plástico, madera, pasta de papel y marcador
30 x 10 x 10 cm

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Amarillo. Serie Bolsas de ficción, 2023

Lucía Reissig

Bolsa de malla, hilo plástico, marco de hierro, Impresión Giclée, resina epoxy, espuma de poliuretano,
semilla de ciruela, piel de cebolla
67 x 50 cm

Una rosa, es una, 2010

Ivana Vollaro

Fotografía digital
28 x 49 cm

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Cazador guaraní. Serie Misiones, 2023

Florencia Böhtlingk

Óleo sobre tela
94 x 120 cm

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Bandera, 2016-2021

Diego Figueroa

Palo de madera, tapa y tacho de pintura de 20 litros, y látex sobre fragmento de chapa de fibrocemento
130 x 40 x 8 cm

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Aída Carballo, libro de estampas, p.34. Serie Trabajos prácticos, 2020

Leticia Obeid

Tinta sobre papel
29,7 x 21 cm

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Sin título. Serie La ilusión, 2017

Leila Tschopp

Acrílico sobre tela
35 x 50 cm

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La maza de Tony, 2015

Gabriel Baggio

Cerámica esmaltada con lustre de oro
20 x 10 cm

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Sin título, 2010

Dani Umpi

Lápiz sobre tela
60 x 50 cm

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Sin título. Serie Piedras, 2023

Elena Loson

Tinta grafito y azul de Prusia, grafito en polvo y goma laca sobre papel
106 x 78 cm

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Growing Sideways, 2016 – 2017

Catalina Schliebener.

Objeto encontrado y acrílico
25 x 25 x 25 cm

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TEXTO

Copiado y prestado en Hache galería presenta una selección de obras de 14 artistas que reflexionan críticamente sobre las dinámicas de copia, apropiación y citas en el arte contemporáneo. Esta exposición no solo exhibe la relevancia de estas prácticas en las artes visuales, sino que también las sitúa dentro de un marco más amplio de prácticas culturales y teóricas que cuestionan las nociones tradicionales de creación y autoría intelectual.

En la era de la información y la tecnología, donde la reproducción y la distribución de imágenes y textos son instantáneas y omnipresentes, la copia se transforma de un acto mecánico a una estrategia crítica que desafía las convenciones de autenticidad y originalidad. Lxs artistas en esta exhibición no solo replican o reutilizan elementos visuales, sino que los descontextualizan y recodifican, creando obras que son tanto reflexiones sobre la cultura contemporánea como nuevas creaciones en sí mismas.

La apropiación, por su parte, se convierte en un diálogo intertextual que atraviesa géneros y disciplinas, revelando la permeabilidad de las fronteras culturales y la interdependencia de las formas artísticas.

Al reconfigurar imágenes, textos y conceptos conocidos, las obras presentadas aquí invitan a lxs espectadorxs a reconsiderar qué significa ‘poseer’ una imagen o una idea, y cómo estas posesiones se negocian en el espacio público y cultural.

Finalmente, las citas artísticas en las obras seleccionadas funcionan como puentes entre diversas épocas y estéticas, facilitando un diálogo continuo entre el pasado y el presente. Esta práctica no solo enriquece la textura y la complejidad de las obras, sino que también subraya la continuidad y la evolución de las ideas artísticas a través del tiempo.

Copiado y prestado es una invitación a explorar cómo la copia, la apropiación y las citas constituyen herramientas esenciales para interrogar y comprender las prácticas artísticas contemporáneas. La exposición desafía a lxs visitantes a considerar estas operaciones como métodos críticos que reflejan y moldean la cultura visual en la que estamos inmersxs.

Artistas participantes:

Gabriel Baggio, Florencia Böhtlingk, Lucas Di Pascuale, Diego Figueroa, Elena Loson, Leticia Obeid, Gilda Picabea, Sofía Quirno, Lucía Reissig, Catalina Schliebener, Martín Sichetti, Leila Tschopp, Dani Umpi, Ivana Vollaro.

Durante la exposición, podrá accederse al acervo de obras de Santiago García Sáenz y al archivo de Foto Estudio Luisita.

artistas